jueves, 20 de mayo de 2010

El sueño hecho Realidad



Ayer 19 de mayo fue un día que espero jamás olvidar. Luego de pasar mucho tiempo alejada de los tablones de una cancha de fútbol, volví a acompañar a Patronato en la búsqueda del tan esperado sueño del Ascenso al nacional B. Hace tanto que venía peleando ahí, de muy cerca, rozando ese anhelo tan grande... Y ayer se cumplió!

Desde que entré a la cancha, me invadían los nervios. Mi estómago era una especie de coctelera que no paraba, temblaba, tenía frío y la ansiedad me carcomía por dentro. Hasta que por fin comenzó el partido y todo el color de la salida del glorioso equipo roji-negro que emocionaba hasta las lágrimas se fueron apoderando de mis sentires más profundos.
Durante el partido cantamos, gritamos, alentamos, nos quedamos sin voz y alguno que otro se enojó... Y otros, ya derramaban lágrimas! Al finalizar el partido, se desató la locura: gritamos, nos abrazamos, sonreímos, lloramos... Todo a la vez sin más explicaciones que los dos colores que nos tiñieron el corazón.

Simplemente Gracias al Padre
Grella, quién permitió que su templo anoche se convirtiera en un infierno y por hacer que cada uno de sus devotos anoche se pusiera la armadura y se convirtiera en Húsar del Ejercito endiablado!

En fin, éstas letras van
expresamente dedicadas a aquellas personas que anoche me hicieron comprender lo que no se comprende, sino que se siente... A las personas maravillosas que la cancha me presentó y con las he tenido el enorme orgullo de compartir tardes y mañanas en una tribuna, saltando y gritando.
A ustedes:

- Adrián: (el negro) doctor y presidente, gran persona dentro y fuera de la cancha.
- Xavi: (pendejiiin) amigo, compañero de mates y viajes e hincha roji-negro fervoroso.
- Mín: amigo, compañero de mates y viajes, adulador de piecitos e hincha fanático de Patrón.
- Gabita: amiga, compañera de facultad y de mates, hincha del Rojo y de Patrón.
- Manolo: (perro) profesor de inglés, amigo, hincha exaltado que jamás deja de cantar... Jamás quiero festejar un gol sin vos!
- Santi: el fotografo oficial de Patronato, amigo, compañero de mates y sesiones de fotos. El tipo más bueno que existe en el mundo!!

Y por último y no por ello menos importante:
Facu: (patota) Hermano, compañero de vida y pilar fundamental de mi felicidad. Verte llorar, gritar y dar la vuelta arrodillado me superó y me llenó de emoción hasta que caían mis lágrimas... Creo que ahí entendí!

Gracias a vos, Patrón de Entre Ríos por cruzarme con semejantes personas, y por permitirme verlos completamente Felices!!!

Simplemente: Para no Olvidar...

lunes, 10 de mayo de 2010

Vuelvo a respirar


Como una suerte de despedida o de acto suicida, salto al vacío de este abismo. Por momentos creí que nunca iba a dejar de caer... Después de todo, los sacrificios tan dolorosos que estaban en el camino parecen valer la pena. Mientras caminaba rumbo al filo que separa a la tierra del cielo, crucé desiertos inmensos en los cuales no encontré una gota de agua, y los oasis que vislumbraba eran simples espejismos vagos que no hacían nada más que ilusionarme con la idea de descanso. El único agua posible eran mis lágrimas, fieles compañeras del camino. Bebía de ellas a diario, y a pesar de que la sal me intoxicaba, el agua me regeneraba. Entonces, las dejé fluir en mí. También me animé a atravezar selvas completas, días enteros en los que no paraba de llover, y el agua me inundaba hasta el último rincón de mi alma maltratada. No fue fácil seguir, sabía que los obstáculos iban a ser cada vez peores, más dolorosos y cabía la remota posibilidad de que terminaran conmigo... Pero bueno, supe animarme a intentar. Hubo momentos en los que tuve miedo, me sentí temblar ante la posibilidad de no poder seguir adelante, pero sin dudas, era un viaje que yo tenía que transitar. Te miraba desde lejos, intenté gritarte que me estaba desangrando en esfuerzos por llegar hasta tu puerta. Sin embargo, ya no era importante ni mi sangre ni mi vida. Ya no era relevante el inmenso dolor que llevaba por dentro, así cómo tampoco mis disculpas o mis sentimientos de remordimiento frente a tus ojos. Nada fue suficiente. Al mirarte, me di cuenta de que estaba casi muriendo por una cara sin alma, sin sueños, sin nada... ¿Dónde dejaste esos pedazos tan tuyos que amaba? ¿Qué hiciste con los recuerdos increíbles de cada mirada? Te exijo respuestas en la cara, pero estás completamente perdido, ya no levantás la cabeza, no miras de frente y tu sonrisa se ve descolorada. Ahora parece que necesitas de néctares extraños en exceso para que te saquen de vos mismo y así poder ser feliz, que te aturdan el pensamiento así no escuchás ciertas voces y te apaguen el sentir, mientras bailás entre parlantes enormes que emiten música sin fin; esa misma música que tanto repudiabas precisamente en los mismos lugares que dijiste que odiabas.
Mi cruzada contra tu indiferencia parecía no tener final, me enrosqué una y mil veces por dentro de los recuerdos que en los cajones tengo guardados, sigo sin poder creer en lo que te convertiste, pero así y todo, hasta no hace mucho me hubiera ido al mismo infierno a pelear contra Lilít si hubiera sido necesario para llevarte mi amor, y de hecho capaz que fue un mal inevitable el tener que estar acostada con el demonio mismo para darme cuenta lo infinito de mi amor por vos...
Hoy me quedo con la duda irremediable de si todo esto valió realmente la pena. Si el dolor que pasé traerá algún día feliz a esta vida apagada, rutinaria y por momentos, servil. Te dejo el orgullo intacto de que hayas sido mi gigante, a pesar de que para el resto del mundo seas el enano. Te permito regocijarte en la sangre que derramé a raíz de las estocadas certeras que me clavaste en las interminables batallas, esas que yo misma elegí pelear; te dejo la certeza de haber logrado que mi amar floreciera en primavera, así cómo también supiste ser el verano de mis sonrisas. En fin, quedate con todas las medallas de buena conducta, con los trofeos y con la imagen intacta y sin culpas. Después de todo, el dolor que vos sufriste parece que es el único válido. ¿Quién iba a venir a llorar conmigo, bañada en sangre y en lágrimas, si era yo la responsable de todos los males? ¿Quién me iba a creer de lo mucho que me dolía? ¿A quién le iba a importar que mis ojos verdes estuvieran ciegos, empañados y fríos, completamente perdidos?
Fuiste, como dice una canción, el sol de mi crecimiento. Te llevas lo mejor de mis días y con el corazón, espero que consigas todo aquello que realmente te haga feliz, lo que sea que quieras, ojala lo tengas al alcance de tu mano por el simple hecho de haber sido inmundamente especial.
Y yo, a pesar de ser una rareza incomprendida y un ser repugnante para tu universo, conozco tu lógica, la forma en la que actuas y aunque no puedas mirarme puedo darme cuenta que con sólo un roce de mi mano, te puedo tirar al carajo ese castillo de cristal. A pesar de dejarte todo la gloria, me quedo con una sola satisfacción. Hoy te veo caminar con la cabeza hacia abajo, los ojos vacíos de sueños y las pausas de tu andar ya no reflejan mucho más que tu presencia. Y por más que calles, y no te atrevas a devolverme la mirada te conozco más que nadie, y por más que jamás me lo digas, sé lo que pensás. Tal vez nada de todo lo que te di tuvo sentido, si a fin de cuentas sólo termino siendo una "concecuencia del alcohol".
Pero saltar a este abismo fue precisamente la incitación para desplegar mis alas y volver a volar.